Hola, soy Abel Cobos, creador de efectomandela.com

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Aproximadamente a finales de julio de 2016 supe sobre el Efecto Mandela y lo encontré muy interesante, pero en ese momento no me sentí realmente identificado. Comencé a investigarlo y estudiarlo, y un par de semanas después lo experimenté por primera vez. Un mes después de adentrarme de lleno en el tema, sentí que tenía tanta información que debía compartirla, por eso decidí crear este sitio.

Sé que al hablar de un tema tan extraño como el Efecto Mandela pongo todo en juego: mi imagen, mi credibilidad e incluso podría debatirse sobre mi salud mental; pero lo he investigado lo suficiente para estar seguro de que es un tema serio, con muchas bases científicas y completamente real, por eso es importante y vale 100% la pena darlo a conocer: creo que es lo más grande, increíble y sorprendente que le ha pasado a la humanidad en toda su historia.

Algo de mí: soy comunicólogo, productor y editor de audio; actualmente me desempeño como Coordinador de Producción en una empresa de Medios y he trabajado en diversos espacios relacionados con medios de comunicación desde hace bastante tiempo. En realidad nada de eso es relevante, sólo sirve para ilustrar una importante característica de este fenómeno: no es un tema propio de los clásicos tipos extraños, esotéricos o conspiracionistas que únicamente hablan de temas raros; es algo que puede tocar a cualquier persona, de cualquier edad, profesión, formación académica o creencia religiosa, y somos miles en el Mundo quienes lo estamos experimentado.

¿Cómo llegué a esto? Siempre me han interesado los temas extraños, inexplicables, sobrenaturales y demás. Comencé estudiando sobre la teoría de la Simulación, que básicamente dice que vivimos en una realidad computarizada, una realidad simulada -como en Matrix-; muy interesante, sobre todo porque no es algo paranormal sino planteado desde la ciencia.

Estudié así sobre Física Cuántica, en la cual tiene sustento esta teoría. Y así, una cosa llevó a la otra, hasta que un día encontré un video sobre el Efecto Mandela.

Al principio me pareció curioso que muchas personas recordaran las cosas en forma distinta a como la historia nos dice que son, aunque en ese momento pensé erroneamente, como muchos, que era una más de tantas teorías de conspiración que existen; pero el tema me interesó mucho, y busqué más información al respecto. Debo decir que aunque me gustan estos temas, suelo ser 100% crítico ante ellos, y antes de aceptar algo, trato de buscar una explicación lógica y científica, ver todos los datos y posibilidades, y analizar lo más objetivamente posible el tema; y después de hacer todo eso, si no logro encontrar una explicación con verdadero sustento, lo catalogo dentro de lo «extraño, misterioso e inexplicable».

Comencé a buscar videos y cosas que hablaran sobe el E.M. y descubrí una enorme cantidad de información, muchísima gente hablando de esto, y varias decenas de ejemplos -que luego se fueron haciendo cientos- que la gente decía recordar diferente a como la realidad nos dice que son. De este modo fui entendiendo más y mejor el tema, pero seguía cuestionando la veracidad del fenómeno, pues se me ocurrían muchos argumentos “lógicos” para debatir lo que se decía. Así fue hasta que también lo experimenté y quedé tan sorprendido como todos los que lo viven.

Todo fue muy rápido: en el transcurso de un par de semanas de intensa investigación encontré algunos efectos con los que me sentí directamente identificado, pues también los recordaba diferentes. Y no, no es que me haya influenciado lo que estaba viendo, como mucha gente opina sobre el tema, que al leer o escuchar sobre algo es fácil “adoptar” recuerdos ajenos; para mí fue un asunto muy personal, muy honesto, muy respetuoso de mis recuerdos -en otro apartado hablo a fondo sobre esto-.

En ese momento me convertí en una esponja, un ávido consumidor de información; me suscribí a muchos canales de YouTube, vi literalmente cientos de videos con muy diversas experiencias personales, ejemplos, teorías y posibles explicaciones; encontré más «cambios» con los que me identificaba, y llegué a descubrir algunos «cambios» por mi cuenta, cosas de las que nadie estaba hablando. Después de asimilar toda esa información empecé a desarrollar mi propia teoría sobre lo que podría estar pasando. Y claro, sigo al tanto e investigando prácticamente diario; y sí, hay muchos Efectos con los que me identifico, pero también hay una enorme cantidad de ellos con los que no me relaciono; y eso lo hace aún más interesante.

Un mes después de adentrarme de manera casi obsesiva en el tema, sentí que tenía tanta información sobre el Efecto Mandela que debía compartirla, que era importante que la mayor cantidad de gente se enterara, que estuviera al tanto del tema para entender a todos los “locos” que hablan al respecto. Así que comencé a escribir -es más fácil para mí eso que hacer videos- y registré el dominio efectomandela.com, con la idea de desarrollar un espacio donde la gente pueda informarse y compartir sus experiencias, que quienes lo viven sepan que no están solos ni locos, y que puedan contactar a más gente que también lo esté viviendo.

Una de las principales razones por las que decidí crear este espacio fue porque me di cuenta que de la gente que habla sobre este fenómeno en páginas o canales de YouTube, un 70% o más, lo hace en inglés: el E.M. se ha esparcido principalmente en Estados Unidos y otros países de habla inglesa, y muchos de los cambios están en cosas o artículos norteamericanos que incluso ni siquiera conocimos en otros países, y creo que hay muy poca información seria y profunda en español.

Entonces, EfectoMandela.com tiene la finalidad de traducir y ordenar la información, de ponerla al alcance de la gente en México y el resto de Latinoamérica; será una gran base de datos para quienes quieran adentrarse en el fenómeno y una especie de manual o guía para quienes lo experimentan y no saben qué les está pasando o cómo manejarlo.

La verdad al principio pensé que sería una tarea fácil, pero para diciembre ya tenía más de 100 páginas escritas, sabía de cientos de Efectos, había recopilado bastante evidencia y aún no iba ni a la mitad de todo lo que quería incluir en el sitio y seguía trabajando en el diseño de la página. Por si fuera poco, sufrí un verdadero «ataque de la Matrix», pues me pasaron algunas circunstancias que parecían deliberadas para evitar que siguiera avanzando, entre ellas, mi computadora personal «decidió» fallar de un día para otro, y por diversas razones me tardé más de un mes en restaurarla; el servidor donde estaba el sitio, fallaba inexplicablemente a cada rato, hasta que tuve que cambiarlo; y algunas otras cosas que no detallaré.

Al final el proceso se retrasó mucho más de lo que yo esperaba, y apenas hasta julio 2017 he podido hacer público el sitio; aunque en los artículos dejé las fechas de publicación de cuando los escribí, pues de ese momento para ahora han ocurrido varios cambios, y vale la pena registrar esas variaciones.

Pero finalmente aquí está, un año después de conocer el fenómeno, de «despertar» y de comenzar a recopilar información, EfectoMandela.com  es una realidad en constante crecimiento.

Esto ya es boom en otros países, pero los latinos apenas comenzamos a despertar al tema; y es importante estar al día porque como ya decía, puede alcanzar a cualquier persona del planeta, y seguirá avanzando; cada vez habrá más y más «cambios» en la realidad, y cada vez serán más evidentes. Seguro ya debe haber muchos ejemplos y experiencias del E.M. también en esta zona del mundo, sólo que aún no se han documentado, y este es el momento y el lugar para hacerlo.

Así que te invito a conformar una comunidad donde podamos compartir nuestras experiencias, opiniones, temores, inquietudes, teorías y ejemplos relativos a nuestros países de Latinoamérica. Y si no experimentas el efecto y no te identificas con nada de lo que aquí se expone, y sientes que este sitio no es para ti, espero no desgastes tu energía atacando e insultando a los que sí lo vivimos; mejor te invito también a intercambiar puntos de vista, pues todas las opiniones son valiosas; estoy seguro de que juntos encontraremos respuestas a los grandes cambios que se avecinan.

Abel Cobos. Julio, 2017.