Barcos de vapor en la Ciudad de México

Por la Ciudad de México han circulado diversos transportes: carretas, autos, tranvías, trenes, barcos de vapor… ¿Qué? ¿Barcos de vapor? ¡Imposible! ¿O no?

Este cambio en la realidad representa la segunda parte (de 3) de lo que he llamado: «Los canales de la Ciudad de México». Si no has leído la primera parte, te invito a que des click y la leas antes de continuar.

En esa primera parte hablé de la Conquista de Tenochtitlán, de cómo en esta realidad se supone que los españoles concretaron la Conquista apoyados de los barcos que construyeron; de cómo los hicieron circular por los canales que llevaban a la ciudad y de las grandes batallas navales que ahí se gestaron. ¿Qué pasó después?

Bueno, luego de la Conquista, Cortés decidió que quería levantar la sede de su propio gobierno sobre las ruinas mismas del Imperio Azteca, quizás para demostrar su poderío y desde ahí partir a conquistar el resto de Mesoamérica. Entonces los conquistadores se dedicaron a destruir todo lo que los Aztecas habían construido, y la ciudad se fue construyendo sobre templos derribados y canales tapados. Así es, en mi realidad original, los españoles no sólo NO llegaron a Tenochtitlán a través de los canales, sino que una vez lograda la Conquista, se dedicaron a taparlos del todo para crear calles al estilo español. Así lo hicieron, y para mediados de 1600, en la época de la Colonia, ya no había canales en la Ciudad de México.

Pero en esta realidad actual, eso no es así: según la historia actual, los canales que comunicaban a la ciudad con el exterior no fueron tapados, sino que permanecieron como estaban por muchos años; de hecho, se siguieron utilizando para navegar, tanto como medio de transporte, como vía de comercio. Pero no sólo eran pequeños canales por donde navegaban una o dos canoas y una trajinera; no, el Canal de la Viga se amplió de tal modo que permitió la navegación de grandes barcos de vapor, que circularon más o menos entre 1850 y 1900. Sí, así como se oye: Barcos de vapor en plena Ciudad de México.

En esta página puedes ver más al respecto. De verdad te recomiendo que la revises a fondo pues tiene muy buena información de todo esto, y el autor ha hecho una gran investigación sobre los canales y los barcos. De este sitio, me tomo la libertad de presentar algunos elementos.

En la ilustración que pongo aquí al lado, se muestra el Canal de Roldán (cerca del Zócalo) en la segunda mitad del siglo XIX (más o menos 1850), muy activo de navegantes y comerciantes. Los puentes mostrados al parecer son los cruces actuales de Roldán con Corregidora (al frente) y con Soledad (al fondo).

Ahora, como podrás observar en la imagen de Google maps que pongo adjunta, la calle Corregidora nace de una esquina del Zócalo de la Ciudad, pasa junto al Palacio Nacional y sigue hasta donde está la cámara de diputados (que ya no se ve en la imagen). Es decir, es un canal perfectamente navegable en pleno centro de la Ciudad.

Corregidora conecta con Roldán, a escasas 3 calles del Zócalo, y a esa altura sólo navegaban pequeñas canoas; pero ahí el canal iba hacia abajo del mapa, hasta conectar con el canal de La Viga, que ahí ya se ampliaba para permitir la circulación de embarcaciones más grandes. En esa misma página puedes ver un mapa del Canal durante el Siglo XIX.

Pero entonces ¿qué pasó con los barcos de vapor? Aquí te presento un pequeño fragmento de otra página donde se habla de los Barcos de Vapor en la capital mexicana:

“El 21 de julio de 1850 la modernidad llegó al legendario lago de Texcoco: un barco de vapor llamado Esperanza, realizó su primer viaje de la ciudad de México a la población de Chalco. A partir de entonces, las novedosas embarcaciones surcaron los lagos del valle de Anáhuac y sus diversos canales, llevando pasajeros de Guadalupe-Hidalgo (actualmente la Villa), Tacubaya, San Ángel y Tlalpan a los hermosos vergeles de Xochimilco, Santa Anita o Ixtacalco. Vapores como el Santa Anna, Moctezuma, Nevada o Nezahualcóyotl significaron horas de recreo y diversión para la sociedad entera.»

Esa imagen pertenece a la misma página, y el pie de foto dice:

«Vapor navegando junto al pueblo de Ixtacalco. Litografía de Casimiro Castro. 1855-1856. En «México y sus alrededores, colección de monumentos trajes y paisajes dibujados al natural y litografiados por los artistas mexicanos C. Castro, J. Campillo, L. Auda y G. Rodríguez», México, Establecimiento Litográfico Decaen, 1855 y 1856.»

En esa página te recomiendo mucho ver la galería (click en la pequeña imagen de la parte superior izquierda); vienen varias imágenes interesantes.

Los Barcos de vapor surgieron cerca de 1850 y fueron un medio de transporte y recreación muy popular hasta finales de 1800. Un dato curioso es que en 1869 invitaron al entonces Presidente Benito Juárez a un viaje, y el barco tuvo problemas: una de las calderas estalló, y Juárez estuvo por un momento en peligro, aunque realmente no pasó más allá del susto.

Más adelante, en 1890, el Presidente Porfirio Díaz inauguró una nueva línea comercial de Barcos de vapor, que navegarían entre Chalco y México. Después al parecer no dudarían mucho, pues con la llegada del ferrocarril fueron desapareciendo, los canales se fueron secando y eventualmente ya no se pudo navegar por ellos. De verdad es una parte interesante de la Historia de la Ciudad, y si quieres conocer un poco más, te dejo este artículo del periódico mexicano El Universal en Internet, donde amplían el tema y muestran aún más imágenes y fotos.

Entonces, si todo esto es algo tan atractivo e interesante; si se supone que los canales siempre estuvieron ahí; si las fotografías y litografías no son nuevas; si hay diversos registros de los Barcos de vapor navegando por la Ciudad de México; si dos de los Presidentes más icónicos y recordados de la Historia de México, como lo son Benito Juárez y Porfirio Díaz, navegaron en ellos; ¿cómo es posible que nunca haya escuchado nada de ellos?

Me parece por demás increíble que nunca se haya mencionado nada de los Barcos de vapor; nunca, nada: en ninguna clase de historia, documental, libro, cápsula de televisión, película, biografía de Juárez o Díaz, libro de texto, novela, película o historia popular; simplemente no había escuchado nunca nada de eso, hasta apenas el año 2016, y después de saber sobre el Efecto Mandela. Y según se lo he preguntado a toda la gente que conozco y que le he platicado sobre el tema, no, ninguno había escuchado hablar sobre Barcos de vapor en la capital; de hecho, a todo mundo le parece imposible.

Y sí, así es, dada la historia que yo conocía, que los canales habían sido tapados por completo, esto simplemente me parece imposible e increíble; pero ahí están las narraciones, los documentos, las imágenes y fotografías que lo confirman. Porque como en los demás Efectos Mandela, históricamente es así, los registros dicen que así fue, y efectivamente hay libros y documentos que lo avalan (como ese libro que encontré, titulado: «Historia de la navegación en la Ciudad de México»). Por eso, saber de esto fue para mí un Efecto Mandela, y estoy convencido de que esto no sucedió en mi línea de tiempo, en mi realidad, porque es 100% seguro que habría escuchado o leído alguna vez algo al respecto.

Para finalizar puedo decir que la cosa no se queda en el pasado lejano, sino que todo este tema de los canales llegó hasta nuestros días, pues a finales del siglo XX se quiso rendir homenaje a ese pasado y se hizo una recreación de los canales de la Ciudad de México. Eso cerrará esta trilogía de publicaciones.

¿Vives en México, o has estudiado su Historia? ¿Alguna vez habías escuchado sobre Barcos de vapor que navegaban por la Ciudad de México? ¿O incluso de que los canales siguieron en uso hasta después de 1900? ¿Te sorprendió saber de esto, o no es un cambio en la realidad para ti?