Las costillas y otros huesos superiores

Las costillas y otros huesos de la parte superior del esqueleto lucen distintos a como muchos los recuerdan; y de hecho, han sufrido cambios más de una vez.

Aquí hay algunas diferencias entre los recuerdos de la gente -quizás por las distintas realidades mezcladas-, pues algunas personas aseguran que las costillas estaban sujetas sólo por la parte trasera, por la espina dorsal y que al frente no había nada, que no existía el esternón. Yo diría que muy poca gente señala eso, pero sí hay quien tiene ese recuerdo.

Para la mayoría, entre los cuales me incluyo, el esternón siempre ha estado ahí. La diferencia más grande entre la forma actual y la que muchos recordamos radica en la forma como se conectan las costillas. En mi recuerdo de la anatomía del tórax, las costillas eran huesos completos que se conectaban de la espina dorsal directamente al esternón. Las más inferiores se conectaban entre sí, en una especie de hueso curvo, como una extensión del esternón.

Pero en la realidad actual, las costillas son huesos más cortos, pues no llegan hasta el esternón, sino que se conectan con él por medio de un cartílago. Incluso el cartílago es tan notorio que suele ilustrarse con un color diferente, lo cual yo nunca había visto. Y otra cosa que mucha gente no recuerda -me incluyo- es que las costillas llegaran tan arriba.

Otra gran diferencia entre lo que muchos recuerdan y la forma actual del tórax son las llamadas costillas flotantes, el último par de ellas, que no llegan a conectar la espina con el esternón, como las demás, sino que se quedan a medias. En la realidad actual, este par de costillas salen de la parte trasera, de la columna, hacia el frente, y son como media costilla.

Pero mi recuerdo es bastante distinto: según yo, sí había 2 costillas flotantes, pero salían de la misma parte frontal y central que une a las costillas inferiores, iban hacia atrás, haciendo una pequeña curva hacia abajo y luego un poco hacia arriba, hasta terminar casi tocando a la costilla inmediata superior, pero sin llegar a conectarse con ella ni con la columna. Lamentablemente no he encontrado mucha gente que recuerde lo mismo que yo sobre las costillas flotantes.

Para algunas personas, los homóplatos eran más grandes y el hombro tenía menos articulaciones de las que tiene. Yo la verdad no lo noto, pero quienes lo comentan, recuerdan el tórax más o menos como en la siguiente imagen, en la que se observa un esqueleto que yo calificaría como más primitivo, más tosco, con la caja toráxica más grande, y homóplatos más grandes, quizás para proteger unos pulmones también más grandes.

Mi recuerdo es algo intermedio entre esos 2, ni tan larga como en la de la izquierda, ni tan pequeña y redondeada como la de la derecha. En esta realidad, los pulmones son algo más pequeños, por ello el tamaño de la caja toráxica también es más reducido. Aunque sorprendentemente, los órganos que protegen las costillas ahora son más de los que yo recordaba que protegía.

Aquí cabe la pregunta: ¿qué órganos recuerdas que estuvieran dentro de la Caja Toráxica, o sea, qué órganos se supone que protegen las costillas? Para mí era muy simple: Sólo los pulmones y el corazón. Pero resulta que en esta realidad las costillas protegen más órganos internos: el estómago, el hígado y hasta los riñones (que están mucho más arriba de lo que los recuerdo -pero ya hablaré más de eso en el apartado de órganos internos-).

Una cosa que sí recuerdo bien y estoy 100% seguro de haber escuchado muchas veces en la escuela es que el esqueleto femenino tenía una costilla más que el esqueleto masculino, lo que reforzaba la explicación bíblica de que Dios creó a Eva a partir de una costilla de Adán. Eso siempre me pareció muy interesante, porque era una forma de sustentar el relato bíblico con la realidad. Pero al parecer ya no es así: en esta realidad hombres y mujeres poseen el mismo número de costillas, lo cual también afecta indirectamente al mito bíblico.

Para terminar, y como una nota aparte, algo de ortografía relacionada con esto. Para mí siempre se ha escrito “caja toráxica”, de tórax; y al estar escribiendo esto, recién me entero de que la forma más común es “torácica”, con «c». Me puse a investigar y parece ser que con “x” es más usada en América y con «c» en Europa, y que ambas son aceptadas, aunque la más común es con «c». Y la verdad, escrito con “c” lo veo muy raro y no recuerdo nunca haberlo visto así; del mismo modo que mucha gente jamás había visto “toráxica”. En fin, esto realmente no lo podría considerar un Efecto Mandela, pero me pareció curioso descubrirlo justo al investigar sobre el E.M., y quería comentarlo.

ACTUALIZACIÓN (julio 2017) – Poco antes de hacer público el sitio se percibió un nuevo cambio en la anatomía humana, que tiene que ver con las costillas. Observa las siguientes imágenes y compáralas con las anteriores.

Observa cómo el cartílago que une las costillas inferiores luce completamente diferente. Ahora se interconectan de forma extraña, y hay unas especies de huecos dentro del mismo cartílago, que hace unos meses no solía tener. Igualmente la caja toráxica luce más redondeada, y si la miras de frente se ve como más abierta al centro, como que las costillas bajan más, pero el esternón es más pequeño, y eso hace parecer a los órganos internos como más expuestos. Además, ese cartílago tiene una forma medio rara, parece como una especie de araña puesta sobre el pecho, cuyas patas delanteras estarían abrazando el cuello, siendo esas primeras costillas.

Igual que con otros cambios, quien no viva el Efecto Mandela dirá que el cuerpo humano no ha cambiado, que siempre ha lucido así… Y sí, si has entendido el fenómeno entenderás que de hecho es así, en esta realidad siempre ha sido así. Lo curioso es que si comparas las imágenes anteriores (o si buscas por tu cuenta) verás claramente cómo no coinciden, y si las costillas «siempre» se han visto, ¿por qué alguien habría de representarlas en forma tan distinta? Y sí, hay muchas imágenes por ahí que no muestran bien cómo son actualmente. En mi opinión, eso refleja otras realidades.

Y es que cuando has estudiado esto por un año, y ya habías notado un cambio, y de pronto ves cómo luce diferente otra vez, sabes de inmediato que el E.M. es permanente y sigue avanzando. Retomando mi teoría de las Dimensiones (o Realidades, o Universos) Mezclándose, sé que estamos ante una nueva Dimensión que se ha manifestado y cuya mayor frecuencia de vibración sobresale; pero como siempre, quedan residuos de esas otras realidades que recordamos, y es por eso que podemos encontrar esas imágenes tan distintas entre sí. Hay que seguir atentos a posibles futuros cambios.

¿Cómo recuerdas las costillas? ¿Recuerdas haber visto ese cartílago que las une al esternón? ¿Notas alguna otra cosa diferente? ¿Es la caja toráxica un Efecto Mandela para ti?